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T3E02 - Hacer la pregunta correcta

con Marcos Amador (Outbuild)

Hay frases que se te quedan grabadas.
Esta me la soltó Marcos Amador, Head of Product en Outbuild, en mitad de una conversación sobre inteligencia artificial y producto:

“La pregunta es la mitad de la respuesta.”

Y desde entonces no dejo de pensar en ello.

Vivimos un momento en el que la IA ya no es una promesa. Está aquí, integrada en nuestras herramientas, en nuestros flujos, en nuestras decisiones. Pero mientras todos corremos por entender qué puede hacer la IA, quizá deberíamos detenernos un segundo a pensar qué le estamos pidiendo que haga.

Porque la clave no está en la respuesta, sino en la pregunta.

El nuevo superpoder del Product Manager

Durante años, el valor de un PM residía en su capacidad de conectar tres mundos: negocio, usuario y tecnología. Pero ahora que la tecnología puede escribir código, diseñar interfaces o generar análisis automáticamente, el diferencial humano se desplaza.

Ya no se trata solo de definir el qué o el por qué.
Se trata de formular la pregunta adecuada.

Un prompt mal planteado es como un user story mal escrita: genera ruido, retrabajo y frustración. Si pides a una IA “hazme un diseño para el onboarding”, te devolverá algo genérico. Si en cambio le das contexto (“quiero un flujo de onboarding que equilibre simplicidad con profundidad, que transmita confianza y reduzca el tiempo de fricción al mínimo”), la respuesta cambia radicalmente.

La IA amplifica lo que le das. Si tus preguntas son superficiales, sus respuestas también lo serán.

El oficio de preguntar bien

Marcos lo ha vivido desde todos los lados: emprendedor, líder de producto en retail, y ahora en Outbuild. Y su recorrido resume una lección fundamental del Product Management: evolucionar de la intuición al sistema sin perder la curiosidad.

Durante sus primeros años, él mismo se definía como “el chico del no proceso”. Pero cuando los equipos crecieron, entendió que la estructura no mata la creatividad; la canaliza. Lo mismo pasa con la IA: no se trata de tener todas las respuestas, sino de saber formular las preguntas que guían a la herramienta hacia lo que realmente importa.

Preguntar bien no es trivial. Requiere entender al usuario, al contexto, al negocio y al propósito. Es el punto donde se cruzan la empatía, la claridad y la estrategia.

Ser arquitectos de la intención

En esta nueva etapa, el rol del Product Manager se redefine: pasamos de ser gestores de backlog a ser arquitectos de intención.

Nuestra tarea no será solo priorizar ni coordinar, sino traducir problemas complejos en preguntas accionables para humanos y máquinas.
Porque, al final, la IA no reemplaza la curiosidad ni el criterio. Solo los amplifica.

Y ahí, en la calidad de nuestras preguntas, se jugará el futuro del producto.

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