Al atardecer de un cálido día de verano, Nico, excampeón mundial de surf y ahora diseñador de tablas, está en su taller dando los últimos toques a su nueva creación. Lleva horas ajustando cada detalle: la curvatura, el peso, las quillas... Con una sonrisa satisfecha, da por terminada la tabla y decide que ha llegado el momento de salir a probarla. Las olas del océano están perfectas, y él está ansioso por sentir cómo su nueva tabla responde a su control.
La ola llega.
Rema para cogerla.
Se levanta.
Y justo cuando va a hacer el primer giro, algo sale mal.
La tabla se parte por la mitad, dejándolo flotando en el agua, desconcertado. Nico era un maestro del surf, pero había olvidado un detalle clave: no había recubierto la tabla con fibra de vidrio para que se viera más atractiva. La estética de las botellas recicladas que había escogido era una pasada, pero sin la fibra de vidrio, la tabla no pudo aguantar. Nico sabía todo sobre el surf, pero no lo suficiente sobre los materiales que necesitaba para crear su tabla.
Lo mismo nos ocurre a los product managers con nuestros productos. Además de dominar la parte del negocio, también debemos conocer la tecnología. No es necesario que lleguemos al nivel de los desarrolladores que escriben cada línea de código, pero sí es importante entender los principios detrás de ese código. Así como Nico debería haber comprendido los materiales antes de diseñar su tabla, un PM debe saber lo suficiente de programación para tomar decisiones informadas, comunicarse eficazmente con el equipo y tener una comprensión más profunda de las limitaciones y posibilidades técnicas del producto.
Comunicación más fluida con el equipo de desarrollo
Uno de los principales beneficios de que un product manager sepa programar, aunque sea a un nivel básico, es la mejora en la comunicación con el equipo de desarrollo. Muchas veces, el PM actúa como puente entre los distintos departamentos, y tener una base sólida en programación le permite hablar el mismo idioma que los desarrolladores. Esto reduce malentendidos y acelera el proceso de toma de decisiones.
Imagínate a Nico intentando explicarle a un equipo de ingenieros cómo quería que fuera su nueva tabla, pero sin entender las propiedades de los materiales. Cada decisión que tomara estaría sujeta a errores de comunicación. Lo mismo pasa cuando un PM no entiende el proceso de desarrollo de software o las tecnologías que se usan en su producto. Si no comprende la terminología básica o los conceptos subyacentes, las discusiones con el equipo técnico pueden volverse más complicadas, lo que conlleva pérdidas de tiempo y recursos.
Saber programar te da un marco de referencia para hacer preguntas más inteligentes y para comprender las respuestas del equipo. Ya no se trata solo de recibir reportes técnicos, sino de poder dialogar activamente y tomar decisiones basadas en una comprensión mutua.
Ser más realista con las soluciones y las estimaciones
Cuando un product manager tiene conocimientos básicos de programación, es más capaz de evaluar qué soluciones son viables y cuáles no. Muchas veces, los PM que no entienden de código piden cosas poco realistas o proponen soluciones técnicamente complejas y costosas sin darse cuenta.
Si Nico hubiera entendido las propiedades de la fibra de vidrio, habría sabido que era indispensable para asegurar que su tabla fuera resistente. En el desarrollo de productos tecnológicos, algo similar ocurre: un PM que conoce cómo funciona el código puede identificar cuándo una solución es sencilla o cuándo implica un rediseño completo de la arquitectura. Esto no solo ahorra tiempo, sino que también evita frustraciones tanto para el equipo como para el propio PM.
Además, este conocimiento permite valorar cuándo priorizar la deuda técnica sobre esa funcionalidad vistosa que teníamos en mente. Conocer los fundamentos de programación permite crear roadmaps más ajustados a la realidad, entender mejor las estimaciones del equipo y ofrecer a los stakeholders una visión más clara y fundamentada del progreso y los posibles obstáculos.
Capacidad para crear y validar ideas de manera ágil
Otro motivo clave por el cual un PM debería saber programar es la capacidad de hacer pruebas rápidas, prototipos o experimentos low-code. En muchas ocasiones, hay ideas que necesitan ser validadas antes de comprometer recursos del equipo de desarrollo completo, y un PM con conocimientos básicos puede implementar pequeños prototipos o tests sin depender completamente del equipo técnico.
Por ejemplo, si Nico hubiera querido probar una idea nueva para la colocación de las quillas, podría haber hecho un prototipo rápido antes de invertir en una tabla completa. Un product manager que sabe programar puede hacer lo mismo: validar ideas, testear MVPs (productos mínimos viables), o incluso explorar herramientas low-code o no-code para lanzar experimentos rápidos.
Este tipo de autonomía no solo mejora la velocidad de validación de ideas, sino que también fortalece la relación con el equipo técnico, ya que se reduce la dependencia en tareas menores y se pueden priorizar desarrollos más complejos y de alto valor.
En resumen, así como Nico debió haber aprendido sobre los materiales para diseñar tablas más resistentes, los product managers que trabajan en productos tecnológicos deben saber lo suficiente de programación para comunicarse mejor con sus equipos, ser más realistas en sus expectativas y, en última instancia, moverse de manera más ágil en la validación de ideas.
Hoy en día, aprender a programar es más accesible que nunca. Cualquier PM puede empezar a desarrollar las habilidades necesarias. No necesitas convertirte en un desarrollador experto, pero sí aprender lo suficiente para entender lo que está ocurriendo en las entrañas del producto que gestionas. Un buen primer paso podría ser embarcarte en un side project pequeño, donde aprendas los fundamentos de la programación y adquieras la confianza necesaria para usar ese conocimiento en tu día a día.
Una vez que hayas adquirido las nociones básicas de programación, puedes apoyarte en herramientas como ChatGPT o Cursor para ayudarte con ese side project y realizar funcionalidades más complejas. Lo importante es entender los fundamentos que hay detrás, ya que no podrás preguntarle a ChatGPT si debes abordar o no la deuda técnica en el próximo sprint.
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