Este verano, además de disfrutar de algunas buenas lecturas, he estrenado una nueva barbacoa. Me he pasado la mitad del tiempo probando distintas carnes y pescados, pero la semana pasada decidí dar un paso más y hacer mi plato favorito: un arroz seco. Para los menos puristas, podría llamarse paella, pero con algunos ingredientes distintos.
Este es un plato que ya tengo bastante dominado cuando cocino en una placa de inducción o con un fogón de gas. Al final, un buen arroz seco tiene tres componentes esenciales: los ingredientes principales (o tropezones), el caldo y, sobre todo, el punto del arroz. Los dos primeros son relativamente sencillos de conseguir, pero la clave de un buen arroz reside en clavar el punto del arroz. Quieres que absorba todo el sabor del caldo sin quedarse pastoso, pero tampoco duro, y que logre una fina capa caramelizada en el fondo, el famoso socarrat.
Un amigo me compartió el truco para lograrlo:
7 minutos a fuego máximo, hasta que el arroz casi salte de la paella.
13 minutos a fuego medio-bajo.
3 minutos más a fuego alto para evaporar el agua restante y crear el socarrat.
10 minutos de reposo.
Con estos tiempos y un poco de práctica, es fácil conseguir que el arroz quede perfecto.
Ahora, la gran pregunta: ¿cómo me quedó la paella?
— “Este es el mejor arroz que has hecho hasta la fecha,” — dijo mi suegro mientras se servía su tercer plato.
Hasta aquí, todo suena perfecto. Pero la verdadera lección viene ahora: ¿por qué me quedó tan bueno el arroz?
Antes de empezar, pedí ayuda a ChatGPT para que me ordenara la preparación de los ingredientes y calculara las cantidades para seis personas. Esta fue su respuesta:
Arroz con costillas y setas para 6 personas
Cantidades:
• Arroz: 2,5 vasos (625 ml en total).
• Costillas de cerdo: 500-600 gramos.
• Chuletas de cordero: 400-500 gramos.
• Panceta de cerdo: 300 gramos.
• Cebolla: 1 cebolla mediana.
• Tomate: 2 tomates maduros grandes.
• Setas: 200-300 gramos.
• Ajo: 4-5 dientes de ajo.
• Aceite de oliva: 150 ml.
• Sal: al gusto.
Preparación:
1. Preparar el fuego:
• Enciende el fuego de leña y deja que las brasas se estabilicen para tener una llama moderada pero constante.
2. Calentar el aceite:
• Coloca la paellera sobre el fuego y añade el aceite de oliva. Deja que se caliente hasta que esté bien caliente.
3. Dorando la carne:
• Panceta de cerdo: Añade la panceta primero. Déjala dorar bien, alrededor de 5-7 minutos, hasta que quede crujiente. Retírala y resérvala.
• Costillas de cerdo: Añade las costillas en el mismo aceite y dóralas por todos lados durante 8-10 minutos. Deben quedar bien selladas y doradas. Retira y reserva.
• Chuletas de cordero: Añádelas ahora y dora durante 5-7 minutos, hasta que estén bien selladas. Retira y reserva junto con las costillas.
4. Sofrito:
• Cebolla: Añade la cebolla picada en el aceite restante y sofríe durante unos 5 minutos hasta que esté transparente.
• Ajo: Añade los dientes de ajo picados finamente y sofríe 2 minutos más.
• Tomate: Incorpora el tomate rallado y cocina el sofrito durante 5-7 minutos, hasta que el tomate haya reducido y esté bien integrado.
5. Setas:
• Añade las setas troceadas al sofrito y cocina durante 5-6 minutos más hasta que suelten su agua y estén bien doradas.
6. Reintroducir la carne:
• Añade nuevamente las costillas, chuletas y panceta a la paellera. Remueve todo bien para que se mezcle con el sofrito.
7. Añadir el arroz:
• Incorpora el arroz y remueve para que se impregne bien con el sofrito y absorba los sabores. Cocínalo durante 2-3 minutos.
8. Añadir el caldo o agua:
• Añade aproximadamente 2 veces y media el volumen de arroz en agua (unos 1,5 litros) o caldo. Asegúrate de que el líquido cubra el arroz y la carne uniformemente.
• Añade sal al gusto.
9. Cocción:
• Fuego fuerte: Deja que la paella hierva a fuego fuerte durante los primeros 7 minutos, para que el arroz absorba bien el líquido.
• Fuego medio-bajo: Después, baja el fuego y deja que el arroz se cocine lentamente durante otros 13 minutos.
• Últimos minutos: Durante los últimos 2-3 minutos, deja que el fuego se consuma un poco para que se forme el socarrat en el fondo de la paella (la capa de arroz ligeramente tostada y crujiente).
10. Reposo:
• Una vez que el arroz esté cocido, retira la paella del fuego y déjala reposar 10 minutos cubierta con papel de periódico antes de servir.
Si hubiera seguido esta receta al pie de la letra, el arroz hubiera quedado insípido. ¿Agua en vez de caldo? No, gracias. Pero esa no fue la clave de mi éxito. Hay un factor en particular que no estoy seguro de poder replicar la próxima vez:
Enciende el fuego de leña y deja que las brasas se estabilicen para tener una llama moderada pero constante.
Cocinar con leña añade una variable que es difícil de controlar: no puedes ajustar la intensidad del fuego a tu gusto. Claro, puedes echar ramitas o bolas de periódico, pero el proceso se complica. Y para colmo, decidí hacerlo con leña en lugar de carbón de bolsa, lo que resultó en un fuego que no era ni estable, ni moderado, ni constante.
Esto permitió que ocurrieran dos cosas inesperadas:
El fuego al principio fue más bajo de lo esperado, lo que permitió que la cebolla se caramelizara más de lo normal, dejando un sofrito tan delicioso que podría haberse comido solo.
Como el fuego casi se apagó durante el sofrito, pude retirar la paella y añadir más leña para conseguir un fuego fuerte que durase solo unos minutos.
Y como si fuera poco, perdí la noción del tiempo cuando añadí el arroz, así que no tenía idea de si llevaba 5, 10 o 15 minutos cocinando en cada fase del fuego.
En la gestión de productos digitales sucede lo mismo. Trazamos un plan, analizamos todas las variables bajo nuestro control e intentamos ejecutar según lo previsto. Nos apoyamos en datos y herramientas para mejorar nuestras decisiones. Pero, como en la cocina, siempre habrá factores fuera de nuestro control: el comportamiento inesperado del usuario, cambios repentinos en el mercado, o incluso errores fortuitos de nuestros competidores que juegan a nuestro favor.
La verdadera habilidad de un equipo de producto reside en su capacidad de adaptarse y reaccionar ante estas incertidumbres. Los cambios son la única constante, y nuestra capacidad para aprovecharlos puede marcar la diferencia entre un producto que "simplemente funciona" y uno que realmente deleita a los usuarios.
Así que, cuando alguien te diga que el arroz te quedó espectacular, sonríe y di: "Gracias, habrá que repetirlo" — aunque no tengas idea de cómo lo lograste exactamente.