¿Cómo hacer un buen embudo de conversión?
Errores y trucos para sacar provecho de los funnels
Un funnel o embudo de conversión es una forma de entender cómo un usuario recorre un flujo dentro de tu producto digital para completar una acción específica, como registrarse, comprar algo o descubrir un nuevo artista. Esta forma de modelar el flujo está muy extendida, ya que permite entender de forma visual en qué paso del flujo se pierden más usuarios y dónde resulta más interesante invertir recursos de desarrollo para mejorar el flujo.
Un funnel representa en formato de barras el número de usuarios que llega a un punto específico del flujo. Conforme avanzamos por el funnel, el número de usuarios se va reduciendo, dando lugar al nombre de embudo de conversión.
Buen embudo vs. mal embudo
Un buen funnel se caracteriza por su claridad y eficiencia. Está diseñado para guiar a los usuarios a través de su viaje, permitiendo identificar en qué paso abandonan el flujo. Un buen funnel tiene un colectivo de usuarios específico con un objetivo de negocio claro, lo que permite entender el contexto del usuario en cada etapa del flujo. Además, tiene pasos claros que dependen de la interacción del usuario para conseguir ese objetivo. Un buen funnel se utiliza para analizar una oportunidad antes de desarrollarla y para verificarla después del desarrollo.
Por otro lado, un mal funnel se aplica sobre todos los usuarios del producto, analizando pasos genéricos como la visita de pantallas hasta que la acción se completa. Un mal funnel carece de volumen suficiente de usuarios para tomar conclusiones estadísticas sobre el problema. Se enfoca sobre la conversión total de los usuarios que llegan al final y no sobre los estados intermedios donde se pierden usuarios. Un mal funnel se crea al finalizar la funcionalidad con el fin de validar el éxito sin tener un punto de partida.
Errores comunes al crear un embudo
Hacer un buen funnel es complicado. Requiere tener un gran conocimiento del problema para poder contextualizar cada uno de los puntos clave elegidos. Estos son los errores más comunes a la hora de crear un embudo de conversión:
1. Falta de objetivos claros y medibles: Crear funnels sin establecer objetivos claros y medibles para cada etapa es el error más común. Sin objetivos específicos, es difícil determinar si el funnel es efectivo o identificar en qué punto los usuarios se desenganchan.
2. No alinear el funnel con el flujo del usuario: A menudo, los funnels se diseñan basándose en lo que el equipo cree que debería ser el proceso, sin tomar en cuenta el verdadero viaje del usuario a través del producto. Esto puede resultar en un funnel que no refleja cómo los usuarios realmente interactúan con el producto, llevando a puntos de fricción innecesarios.
3. Descuidar la optimización post-lanzamiento: Un error común es considerar el funnel como un proyecto “terminado” una vez que se lanza. La realidad es que el primer lanzamiento rara vez es perfecto. Sin un proceso continuo de medición, análisis y optimización basado en datos reales de comportamiento del usuario, el funnel puede no mejorar o incluso empeorar con el tiempo.
¿Cómo podemos remediar estos errores?
Una vez identificados los errores más comunes, poner remedio parece sencillo. No obstante, son muchos los funnels que se crean sin tener estos principios en mente:
1. Establece objetivos claros y medibles: Analizar cómo conseguimos usuarios comprometidos con el producto es un mal objetivo. Hay otras herramientas mejores para analizar eso. Hay que definir una meta específica para cada etapa del funnel que sean relevantes para el éxito del producto. Por norma general, si asociamos el objetivo final a un botón dentro de la aplicación y los pasos intermedios a acciones con finalidad dentro de la aplicación, lo normal es que acabemos con un buen funnel de trabajo.
2. Alinear el funnel con el flujo del usuario: Realiza investigaciones de usuarios para entender cómo descubren y usan tu producto. Esto puede incluir entrevistas, encuestas y análisis de datos de uso. Diseña el funnel para que refleje este viaje, eliminando los pasos innecesarios y asegurándote de que cada etapa del funnel facilite al usuario avanzar hacia la siguiente. Es muy común caer en la tentación de crear el funnel según se diseñó la funcionalidad, cuando en realidad tenemos que partir de lo que quiere conseguir el usuario en ese momento en particular. Por eso, reducir el segmento de usuarios permite hacer un trabajo más fino alrededor del flujo de usuario que se está realizando en ese momento por el usuario.
3. Optimiza el funnel continuamente post-lanzamiento: Implementa herramientas de seguimiento y análisis para recoger datos sobre cómo los usuarios interactúan con cada etapa del funnel. Realiza pruebas A/B para probar mejoras en el funnel y adopta un enfoque iterativo para realizar cambios basados en los resultados de estas pruebas.
Siguiendo estos principios, puedes crear funnels con mucho contenido que te ayuden a entender mejor por qué tus usuarios no están utilizando el producto de la forma que esperabas y, lo más importante, hacer que el producto evolucione para que con el tiempo, lo usen más y mejor.